Hace unos días hice referencia a la fé, dentro del contexto religioso, y su importancia a la hora de confrontar las duras pruebas que en la vida se nos suelen presentar.
Deseo en esta ocasión compartir con ustedes, algo que me ocurrió hace unas horas y que tiene que ver con la fé, pero la fé en los demás. Esa fé que muchas veces perdemos a consecuencia de la mala conducta de algunas personas.
Resido en la Florida, Estados Unidos y al llegar aquí hice un cambio de profesíon; de derecho a educación. Sin entrar en detalles, el derecho que ejercía era el derecho romano y el que se ejerce aquí en Estados Unidos es el sajón. hacer una reválida es costoso y tomas años. Como siempre me ha gustado el magisterio, y desde muy joven impartía clases de inglés y español en algunos institutos, el cambio fue de mi agrado.
En la actualidad imparto clases por teléfono, por skype, los estudiantes que desean vienen a mi casa. La semana pasada recibí la llamada de un estudiante desde el Estado de Arkansas. Lleno de entusiasmo me manifestó su interés por recibir clases de español por teléfono. Quedamos a una hora determinada y el pago lo haría por correo.
El día acordado el joven me llamó, y procedimos con la clase. Noté un poco de dificultad de su parte en asimilar el contendo de la clase, pero hay alumnos que son más lentos que otros, que estan estresados, en fin no le dí mucha importancia al hecho. El joven muy cortés me dijo que me llamaría el jueves de esta semana para la siguiente clase. Cuando imparto estás clases hay un factor riesgo, y es que el alumno no pague la primera clase. Gracias a Dios, nunca me ha sucedido, pero nunca descarto esa posibilidad.
Llegó el jueves y el joven no llamó para recibir las clases, por lo que pensé, bueno a veces se gana y otras se pierde; y me olvidé del asunto. Esta mañana cuando fui a verificar el correo, por sorpresa, me encuentro con un sobre escrito con una letra infantil, y lo abro,y la carta decía lo siguente: (traducida del inglés al español).
Hola! Soy Timothy Crane. Deseo darle las gracias por permitirme estudiar con usted. De verdad lo disfruté. Usted es muy amable y sé que es una muy buena profesora. Pero no puedo continuar con las clases, espero no se enoje conmigo. Es que padezco de Síndorme de Down y me tomó 5 años aprender a decir las pocas palabras que sé en español. ¡No sé porque quiero aprender a hablar español pero realmente lo deseo! ¡Pienso que es el idioma más bello de este mundo!!! Lo siento tanto, espero no este enojada conmigo. Aquí está el cheque. Ah! le comento que mi cantante favorita es SHAKIRA y he aprendido muchas palabras en español con sus canciones. Que tenga usted un feliz día y que Dios la bendiga a usted y a su familia.
Al recibir esto me emocioné, ya que este joven, quien pudo haberse quedado con el dinero, me lo envía con una carta tan linda. Se nota que sus padres lo han querido y enseñado a ser honrado y tener fé en los demás. No todo está perdido...