martes, 26 de abril de 2011
LLAMADOS A LA COMPASION
El principio de compasión permanece en el corazón de todos las tradiciones religiosas, éticas y espirituales pidiendonos tratar a los demás como nos gustaria ser tratados. Sin embargo a pesar de su trascendencia el término compasión es normalmente reservado para lo santurron o cursi, se ha distorsionado y ha perdido vigencia.
Al respecto el Dalai Lama dice" La civilización occidental da demasiada importancia a llenar la mente de "conocimientos" pero a nadie parece importarle el llenar al corazón de "compasión".
Jesús nos revela que el Reino de Dios comienza cuando alimentamos a los hambrientos, vestimos a los desnudos, y damos de beber al sediento. Comienza cuando ponemos nuestra vida al servicio de los demás para que tengan vida en abundancia.
Es bueno recordar que estas acciones caritativas mediantes las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales son 14. Se dividen en 7 Espirituales y 7 Corporales.
Obras de Misericordia Espirituales:
1. Enseñar al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que se equivoca.
4. Perdonar al que nos ofende.
¡Que difícil!, tanto que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir, SIEMPRE. Además en el Padre Nuestro, nos pone la condición de PERDONAR NUESTROS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. Así que, a perdonar, perdonar, perdonar....
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
¡Que fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro!.
7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.
Obras de Misericordia Corporales:
1. Visitar a los enfermos.
Nuestros hospitales estan llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien, personas que por la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos nosotros mismos. Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento.
2. Dar de comer al hambriento.
Jesús nos ordena compartir con el necesitado cunado nos dice, "El que tenga dos capas déle una al que no tiene, y el que tenga alimento, comparta con el que no"(San Lucas, 3-11). Al compartir nuestro alimento, no solo les llenamos el estómago a nuestros hermanos necesitados, sino que les mostramos el amor de Dios que no los deja desfallecer.
3. Dar de beber al sediento.
Con cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo trecho para calmar nuestra sed. ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo?. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician, incluso Jesús, en su trance de muerte, sintió sed y lo exclamó con tanta vehemencia, que un soldado romano le acercó una esponja con hiel y vinagre para que la calmara. ¿Sómos nosotros peores que ese soldado romano como para negar agua al sediento?.
4. Dar posada al peregrino.
Existen muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto a su familia, ayuda que debe hacerse presente en toda forma y a todo momento.
5. Vestir al desnudo.
A menudo nos encontramos con hermanos que estan vestidos con harapos o bien se encuentran desnudos, viéndose disminuída su dignidad de hijos de Dios. Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable, que les permita reencontrar al Señor en la bondad de los demás.
6. Visitar a los encarcelados.
7. Enterrar a los muertos.
Sepultarlos no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia coporal nos lleva a la obra de misericordia espiritual que nos invita a rezar por los vivos y los muertos.
"El ser humano es parte de un todo que nosotros llamamos el universo, una parte limitada tanto en espacio como en tiempo. Experimenta el mismo, sus pensamientos, sus sentimientos como algo separado de los demás, una especie de engaño óptico de su consciencia. Este engaño actúa como una especie de prisión para nosotros, que nos restringe de nuestros deseos personales y del cariño por algunas personas cercanas a nosotros. Nuestra tarea tiene que ser liberarnos de esta prisión ampliando nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criaturas sensibles y a toda la naturaleza en su belleza” Albert Einstein
miércoles, 20 de abril de 2011
CENA CON SABOR A DESPEDIDA
Nos conmueve, y mucho, Señor
Tu cena, con sabor a despedida,
sazonada con palabras de testamento.
"Haced esto en conmemoración mía".
Tu Cuerpo y tu Sangre salvadora
como lamento de vida eterna.
Tus Palabras, que selladas con tu sangre,
son exponente de la autenticidad de tu entrega.
Tus rodillas, besando el suelo,
diciéndonos que no hay mayor galardón
que el desvivirse amando generosamente,
sirviendo sin esperar nada a cambio,
brindándonos incluso al adversario.
Nos conmueve, y mucho, Señor.
Verte humillado y postrado como siervo,
cuando tan amigos somos de las alturas,
anhelando el ser servidos antes que servir,
o estar simplemente, cómodamente sentados.
Nos conmueve, y mucho Señor
Que nos ames y nos hagas tus confidentes,
conociendo la madera en la que estamos tallados,
nuestras traiciones y verdades a medias,
nuestros agoismos y falsedades,
el Judas que, en el corazon o a la vuelta de la esquina,
te malvende por unas monedas......, o por nada.
Nos conmueve, y mucho Señor
Que te estremezcas con tal pasion por el hombre.
Que te quedes, en la Eucaristia, para siempre.
Que, seas Sacerdote de la Nueva Alianza,
y te ofrezcas por la salvación de todos nosotros.
Nos conmueve, todo eso, Señor.
Autor: P. Javier Leoz
miércoles, 13 de abril de 2011
CUENTO DE HADAS HECHO REALIDAD
El cuento de hadas, "La Camisa del Hombre Felíz" escrito por el célebre escritor y novelista ruso, León Tolstoi (1828-1910) encierra una verdad que muchas veces solemos olvidar. Para aquellos que olvidaron el cuento, a continuacion un resumen:
En las lejanas tierras del norte, hace mucho tiempo, vivió un zar que enfermó gravemente. Reunió a los mejores médicos de todo el imperio, que le aplicaron todos los remedios que conocía y otros nuevos que inventaron sobre la marcha, pero lejos de mejorar, el estado del zar parecía cada vez peor. Tan desesperado estaba el hombre que prometió la mitad de lo que poseía a quien fuera capaz de curarle. El anuncio se propagó rapidamente, y llegaron médicos, magos y curanderos de todas partes del globo para intentar devolver la salud al zar. Sin embargo fue un trovador quien pronunció -Yo sé el remedio, la medicina para vuestros males, señor, es buscar a un hombre feliz: vestir su camisa es la cura a vuestra enfermedad.
Partieron emisarios del zar hacia todos los confines de la tierra, pero encontrar a un hombre feliz no era tarea flacil: aquel que tenía salud echaba en falta el dinero, quien lo poseía carecía de amor. Y quien lo tenía se quejaba de los hijos. Mas una tarde, los soldados del zar pasaron junto a una pequeña choza al lado de la cual trabajaba un hombre: – !Qué Bella es la vida!, exclamaba sin parar-.
Los emisarios de inmediato se presentaron en la casa de aquel hombre para comprarle la camisa, y si era necesario -decían- se la quitarían por la fuerza....
El zar tardó mucho en sanar su tristeza. De hecho su mal se agravó cuando se enteró que el hombre mas feliz de su reino, eran tan, pero tan pobre que ni siquiera camisa tenía. El zar repartió toda su riqueza entre los pobres para que se compraran camisas y se las pudieran prestar al zar y el se sanó
Hoy, en la realidad el rey equivale al mundo y los emisarios son los científicos. El mundo está enfermo y los cientificos necesitan decifrar dónde y bajo que circunstancias este puede ser feliz.. Después de años de investigación los científcos han encontrado al hombre más feliz del mundo. Un hombre que desprendiendose de todo lo material ha roto el felizometro.
jueves, 7 de abril de 2011
COMO SE ABRIO EL SENDERO
Un día, un becerro tuvo que atravesar un bosque virgen para volver a su pastura. Siendo animal irracional, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas.
Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, lider de un rebaño, que, viendo el espacio ya abierto, hizo a sus compañeros seguir por allí.
Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese sendero: entraban y salían, giraban a la derecha, a la izquierda, descendían, se desviaban de obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva alternativa.
Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en un amplio camino donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría haber sido vencida en treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.
Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, posteriormente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto era el peor posible.
Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía, al ver que los hombres tienen la tendencia a seguir como ciegos el camino que ya está abierto, sin preguntarse nunca si aquélla es la mejor elección.
El semanal No. 729
Paolo Coelho
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